Seguramente alguna vez en sus vidas han escuchado el típico «se hizo maricón porque le faltó mano dura» o «lo que pasa es que la mamá no le enseñó a ser mujer», y así otros absurdos que justifican-repudian las sexualidades diversas. ¡Qué fastidio pensar que las opciones de las personas se derivan de la crianza de nuestros padres o nuestras madres, bueno referidos en este caso a las opciones de la sexualidad LGBTI!
Detrás de esta suposición común sobre que las madres son responsables de nuestras opciones sexuales -digo las madres porque son, por lo general, las que se encargan de la crianza de hijos e hijas-, existe una intencionada acción de culpabilizar a las mujeres por darle al sistema personas que no serán útiles para seguir reforzando esa perversa imagen de la familia nuclear tradicional.
Quizá está demás decir que el mito del modelo de familia heterosexual es una de las manifestaciones del sistema capitalista-machista que impide que las diversidades sean tomadas en cuenta para el ejercicio de la ciudadanía y la construcción de las democracia. Digo mito porque en la vida diaria la mayoría de los hogares de este país, están compuestos por hijos, hijas y madres de familia, los padres brillan por su ausencia, pero ya saben: ellos no son «desnaturalizados».
El hecho de que algunos niños en algún momento de sus vidas jueguen con muñecas, cocinas o quieran ejercer el papel de la madre, no quiere decir que sean homosexuales, así como tampoco quiere decir que sean lesbianas las niñas que amen jugar con camiones de bombero o trepen árboles. Contrariamente, esto facilita que los estereotipos de género sean desmentidos desde temprana edad. En vez de castrarle a la niñez el hecho de querer jugar cosas que no están socialmente asignadas a su género, contribuiría de gran forma a la erradicación del sexismo y por ende a la erradicación de las fobias a las diversidades sexuales.
Ejercer violencia contra los niños y las niñas por mostrar expresiones que resultan poco convencionales en hombres y mujeres heterosexuales no es una solución al problema, el problema es querer transformar ese comportamiento pretendiendo que la orientación sexual de la niña o el niño cambiará. Además, algunos varones tienen comportamientos delicados y algunas mujeres actitudes «no tan femeninas» y ello no necesariamente implica gustos homosexuales o lésbicos.
Aplicar la «mano dura» no debe estar incluida en la crianza y formación de ningún ser humano/a, esta en realidad lo que provoca en la vida de las personas es represión, miedo, fobias internas que por lo general terminan proyectándose en las demás personas.
Debo admitir que fuí, soy y seré siempre homosexual, que del vientre de mi madre salí y que ella no tiene culpa de asbolutamente nada de lo que yo he decidido para mi vida. Agradecería redujeran a la inexistencia los señalamientos y reproches a ella y a las otras madres, por su dis que culpabilidad de que seamos «irreverentemente diversos, anormales y desviados», a como suelen decirnos las personas que ignoran o se niegan a aceptar que la diversidad forma parte de la humanidad desde siempre.
“Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.”
Pedro Lemebel
Escrito por Elvis G. Salvatierra