¿Cómo sabés cuando tu pareja quiere tener sexo? ¿Podés leerle la mente? ¿Podés leer su lenguaje corporal? ¿Cuál es la mejor manera para comunicarse durante el acto sexual? ¿Qué es realmente el consentimiento sexual? La respuesta es: comunicación directa y honesta.
El consentimiento sexual es una afirmación verbal y entusiástica de participar en un acto sexual. Esto puede sonar obvio, pero para muchas personas no lo es. Como sociedad tenemos que crear una cultura en donde respetamos la autonomía de otro y pedimos permiso para poder compartir momentos íntimos y sexuales.
El consentimiento sexual promueve la comunicación honesta entre personas para así crear un ambiente saludable y seguro donde nadie se sienta presionado para participar en un acto sexual.
El concepto se enfoca en la comunicación directa y asertiva entre dos personas para que puedan establecer sus límites y preferencias. Un error que mucho se justifica es cuando se dice «su lenguaje corporal me decía lo que quería» o «me dio consentimiento con los ojos», estos escenarios son complejos y siempre es mejor recurrir a la palabra dicha y escuchada.
Aquí algunas características del consentimiento sexual:
Libertad sin presión
El consentimiento sexual debe darse sin ninguna presión psicológica, emocional o física. Todas las personas involucradas tienen que sentir que tienen la libertad de decir Si o No.
Reversible
En cualquier momento las personas pueden cambiar su decisión y detener el acto sexual. Solamente porque dijiste «sí» en un momento no significa que siempre estás diciendo «sí». Para que el consentimiento sexual sea válido tenés que tener el poder de detener el acto sexual por si te aburrís, ya no querés, te sentís triste, estás cansado, etcétera. También, si decís que si querés tener sexo, no necesariamente estás diciendo que querés tener sexo oral, sexo anal, o sexo intenso.
Informado
El sexo tiene que ser totalmente transparente y las personas involucradas tienen que saber lo que ocurrirá. Si decís que vas a ocupar un condón pero después te lo quitás, esto no es el consentimiento. Si ambas personas están muy borrachas para saber exactamente lo que está pasando, esto no es el consentimiento.
Entusiástico
El consentimiento entusiástico es cuando ambas personas activamente y energéticamente quieren tener sexo. El sexo es algo hermoso y ser indiferente rompe el ambiente. Pero al mismo tiempo, si realmente no querés tener sexo tenés que declamar un NO entusiástico. Muchas personas ignoran cuando a una persona le cuesta decir sí o no. Hay que interpretarlo como una inseguridad en el momento. El consentimiento entusiasta asume que sabés exactamente lo que querés.
Específico
Decir sí a una cosa no significa decir sí a otra cosa. Si estás cambiando de posiciones o si el ambiente se esta poniendo más sexy, siempre es importante preguntarle al otro como se siente o si le gusta lo que está pasando.
Estas preguntas ayudan a establecer buena comunicación y ayudan a establecer un buen ritmo. A muchas personas no les parece sexy pedir tanto permiso pero también es increíblemente horrible cuando se cruza un límite y todo el ambiente se interrumpe por la falta de comunicación.
Practicar el consentimiento sexual es fácil. Simplemente tienes que preguntarle a tu pareja: ¿Querés tener sexo? ¿Te gustaría tener sexo? ¿Podemos tener sexo? Estas preguntas deben hacerse de una manera en que «No» pueda ser una respuesta.
En este caso el rechazo a no querer tener sexo no debe ser tomado de una manera personal a veces sencillamente alguien no está de humor o no es un buen momento. El sexo puede ser una opción pero no siempre solamente la única opción. Entonces, cuando preguntás: ¿Querés tener sexo? y te dicen que no, también podés decir ¿te gustaría un masaje mejor? ¿Preferís acurrucarnos mejor?
Muchas veces parejas o personas que tienen sexo casual nunca hacen estas preguntas. Desafortunadamente se asume que una persona siempre quiere tener sexo, o en parejas, se asume que el sexo es lo único íntimo que se puede hacer en una relación.
Te recordamos nadie te debe el sexo. No es la obligación de nadie, ni de tu pareja, darte placer.
El consentimiento sexual es una práctica que empodera a todas las personas que tienen relaciones íntimas. Las empodera porque normaliza la comunicación saludable de límites y necesidades. Una persona a veces solo quiere acurrucarse, a veces solo quiere un masaje, a veces quiere simplemente seguir viendo la película, o simplemente dormir.
El consentimiento puede ser sexy! No todo tiene que ser mecánico. Parejas que llevan mucho tiempo jalando pueden leer el lenguaje corporal de cada uno y ya saben lo que a cada quien le gusta, pero esto toma tiempo y práctica.
En resumen, el consentimiento más que una práctica, es una cultura que surge en contra de la cultura de la violación. La cultura de la violación completamente silencia la autonomía de las personas y agrede psicológica, emocional y físicamente al otro. La cultura de la violación no le interesa los sentimiento y necesidades del otro, ya que predominantemente se enfoca en el placer y poder de uno mismo. El consentimiento sexual entonces se vuelve una relación entre personas para establecer la igualdad, el respeto y la reciprocidad.