El aborto producto de una violación debe ser tomado en cuenta en nuestro país como una causal más de entre las tantas razones por las que las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.
Abortar producto de una violación no es un invento de «chavalas loquitas» ni algo por lo que las mujeres debamos sentirnos culpables.
Te puede interesar: Aborto legal para no morir
El ejemplo que nos dio México hace unos días al avalar su norma oficial y ordenar a los hospitales públicos la interrupción del embarazo producto de una violación, nos confirma que sí es necesario actualizar las regulaciones y leyes en nuestro país.
La violación también es una causal
Muchas personas dicen que cuando es en casos de violación hay que hacer una investigación y confirmar bien que de hecho la mujer, niña o adolescente no «lo andaba buscando».
Esto solo significa una cosa, además de revictimizar a las mujeres, también las hacemos objeto de duda y las culpamos de lo que sucedió.
Te puede interesar: Paremos la tortura contra las niñas de América Latina
Por ese este avance es tan importante, pues ahora sin necesidad de un permiso del Ministerio Público, otorgado tras presentar una denuncia por violación, tanto mujeres y niñas mexicanas que hayan sido víctimas de violación y de ese hecho, haya resultado un embarazo, podrán presentarse en los hospitales públicos de México para realizar la interrupción del embarazo.
Las mujeres de la región nos alegramos por este gran paso para nuestras hermanas mexicanas pero a la vez nos hace reflexionar sobre qué tan mal estamos.
Este avance no hace más que confirmar que las mujeres seguimos atrapadas y vulnerables en este entorno en donde no solo somos víctimas del violador, sino de las instituciones oficiales que se esfuerzan en obligar a las mujeres a tener un embarazo no deseado, luego de que también fuimos abusadas sexualmente sin nuestro consentimiento.