miércoles, diciembre 18, 2024

RA del Descanso

La Residencia Artística del Descanso, también conocida como RA del Descanso, surge como refugio para artistas de Centroamérica y México.

Este espacio es una contrapropuesta a las residencias artísticas convencionales en donde los artistas están obligados a crear, investigar y producir en corto tiempo.

En su lugar, esta residencia se aproxima más a la idea de pausa. Un espacio para que les artistas se sientan seguros, protegidos y con la oportunidad de conectar con sus deseos y necesidades.

La RA del Descanso, tiene como única e innegociable premisa el descanso. Aprovechar la estancia para leer, escribir, cocinar, caminar en el bosque, las posibilidades son infinitas.

“La residencia fue un respiro, porque no se trató de producir obras (mercancía), que es como el mercado del arte se rige. Parte de los aprendizajes que me llevo es que el cuidado es también colectivo, el externar nuestras preocupaciones o dolencias es una manera de liberarnos y auto-sanarnos, que la naturaleza es respiro, silencio y descanso, es decir, medicina frente a la vida caótica de la urbanidad”. – Pethá Joel

Reconocer durante el tiempo de residencia artística la importancia de descansar para sentir nuestros cuerpos y darle pausa a los pensamientos, y que, de ese modo, la creatividad fluya desde un lugar más sostenible y saludable.

El principal objetivo de este espacio, es ofrecerle a artistas de Centroamérica un lugar seguro, en el que sientan protegidos y puedan descansar, lo cual consideramos parte vital del proceso creativo.

Esta residencia también hace posible que los artistas participantes compartan sus reflexiones, sentires y experiencias en torno al descanso, a través del diálogo y la escucha empática.

Naturaleza y descanso

El espacio de acogida se encuentra en la sierra sur de Oaxaca, en el Refugio Shid Huann; un lugar lleno de naturaleza y muchos senderos para caminar por los alrededores. También hay cascadas, ríos y espacios para contemplar la naturaleza de los alrededores.

“Existe una necesidad creciente de crear y pertenecer a propuestas que toquen lo humano, no sólo lo artístico. (…) Como artista, he participado pocas veces en este tipo de retiros que abonan a mi lado espiritual; intercambiamos diferentes experiencias, sentires, visiones sociales y artísticas, ¡y lo hicimos funcionar!” – Natalia Domínguez

La residencia puede tener una duración desde dos semanas hasta tres meses, de acuerdo a las necesidades de los artistas participantes. Durante su estancia se abren espacios de conversación, reflexión y gestión de ideas entre artistas, personas gestoras y vecinas.

Durante el encuentro se abren espacios donde los artistas pueden compartir materiales de referencia que han sido importantes en su crecimiento personal/artístico. Asimismo, se genera tiempo y espacio para generar las conversaciones y actividades que los artistas deseen.