El IV Encuentro de narradores Centroamérica cuenta 2016 llenará Managua con el talento de 70 narradores de 17 países de Latinoamérica y Europa durante 6 días consecutivos, con variadas actividades que culminan hasta el 28 de mayo.
Y así, sin temor a equivocaciones, vemos cómo crece uno de los festivales literarios más importantes de Hispanoamérica, con actividades como talleres de formación, un ciclo de cine y un simposio sobre memoria y arte.
Con las intenciones de conocer más al respecto platicamos con el ilustre escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, creador de la iniciativa. Sin embargo, la conversación nos llevó por los rumbos de la literatura en tiempos de la era digital.
No cabe duda que la tecnología afecta la forma y el contenido a la hora de escribir, no es lo mismo hacerlo en una pantalla de computadora, almacenando la información que uno va creando y editarla sobre la marcha, que escribir con los procedimientos antiguos. Para Ramírez lo primero que se gana es tiempo, pues desde el proceso de creación se puede encontrar información inmediata sin necesidad de buscar entre enciclopedias y diccionarios en las bibliotecas. No obstante, es necesario saber discernir entre la abrumadora cantidad de información y la creatividad como escritor.»Si uno se confía demasiado de los instrumentos técnicos puede perder la creatividad, yo no me quejo, creo que los instrumentos de auxilio que tiene el sistema digital son muchísimos», afirma.
Sergio tuvo la ventaja de escribir en una PC desde el año 1983, una IBM con muy poca capacidad, eran los tiempos de los disquetes y un sistema que era más complicado que el de hoy porque todas las puntuaciones y demás operaciones habían que hacerlas moviendo un determinado número de teclas. «Yo diría que soy un veterano en el uso de la computadora, además la ventaja es que este es un instrumento que sirve para la comunicación y hoy en día no hay escritura sin comunicación, yo ligo el acto de escribir de manera creativa a como me estoy comunicando a través de las redes sociales, los blogs», comenta.
Por otro lado, hay situaciones de cambio inminentes para Ramírez. Por ejemplo, el lenguaje literario al ser un asunto de la creación y sujeto a los cambios de la vida misma, no es de sorprendernos que se acople al lenguaje digital y vaya sufriendo transformaciones, neologismos, etc. que en definitiva afectará la manera en que escribimos y hablamos. Pero que a su vez trae consigo otras alternativas que pueden capturar al nuevo lector como la creación literaria a través de los medios digitales, libros multimedia, historias con finales abiertos y con posibilidad de respuesta/interacción por parte de los lectores.
«Yo asumo que va a llegar un momento en que el uso del papel se reducirá muchísimo, quizás los libros van a existir solamente como objetos de arte, ciertos libros, ciertas ediciones especializadas. Creo que debemos aceptar que estamos viviendo en una era de transformación tecnológica en la que apenas le estamos viendo la punta al iceberg, hoy se está empezando a hablar de la impresión en tres dimensiones, los hologramas y eso en quince años va a ser común y corriente», opina.
Por su parte Sergio Ramírez sigue comprando libros, aunque ahora lee desde cualquier tipo de dispositivo que tenga a mano y su biblioteca digital casi sobrepasa la que posee en físico. Asimismo, en digital prefiere releer los clásicos, pues tiene la ventaja de cambiar el tamaño de letra a su antojo y eso ayuda mucho a la hora de disfrutar un buen libro con comodidad, mientras que un Balzac o un Cervantes quedan como reliquias atesorados en un rincón de su casa para un momento especial.
Y de paso Ramírez también aconsejó a los jóvenes escritores que todo se resume en leer a fondo los libros literarios clásicos, en disfrutar sus palabras imperecederas: «Hay que distinguir lo que es el uso de las redes sociales, los mensajes, párrafos cortos, blogs, etc. de la verdadera lectura, no importa cómo sea lea, si en papel o en pantalla, pero el escritor que no lee o alguien que quiere ser escritor y no lee, está muerto, no puede avanzar», puntualiza.