En 2011 se aprobó en Nicaragua la ley de Protección y Bienestar Animal, Ley 747, que significó un gran paso en la lucha por los derechos de los animales en nuestra nación. No obstante, el maltrato hacia los seres vivos que no tienen voz es aún una cruda realidad. Diariamente observamos cómo el carretonero explota al caballito que le ayuda a llevar el sustento a su familia; somos testigos del sufrimiento del perro que pasa día y noche amarrado a un árbol; vemos a los animales silvestres ser vendidos bajo el inclemente sol de las calles de Managua, privados de su hábitat y de su libertad. Y ante estas situaciones callamos… y callan las autoridades. Entonces, ¿qué está fallando?
Según Uriel Molina, de Fundación ADAN, el problema está en que la ley no se ha reglamentado ni se ha reformado; sigue habiendo muchos vacíos en ella. Por ejemplo, en la ley se prohíbe sacar a un animal silvestre de su entorno, pero no establece una pena para las personas que violenten dicha prohibición. Asimismo, la ley no condena ciertos tipos de maltrato por considerarlos «tradiciones», como son las peleas de gallo y las montas taurinas.
Las autoridades competentes parecen no tener un interés en buscar una solución a la problemática, ya que no acuden al llamado cuando se presentan denuncias sobre casos de maltrato animal, aun cuando la misma ley determina quiénes tienen la obligación de actuar ante estas situaciones. Además, existe desconocimiento por parte de la población acerca de la ley, por lo que las organizaciones ambientalistas buscan que el sistema educativo contemple asignaturas que permitan a los niños adquirir conciencia y conocimiento sobre el respeto hacia todos los seres vivos.
Tal como señala Uriel, no se trata de humanizar al animal, sino de humanizar el trato hacia ellos, tomando conciencia de que el animal también siente, sufre y tiene necesidades similares a las de cualquier persona. Es inadmisible, por ejemplo, que en Nicaragua se siga dando vía libre para que los circos ingresen especies protegidas a nivel mundial, cuando incluso en otros países latinoamericanos es prohibido.
Es urgente cambiar la mentalidad reinante en nuestra sociedad, una mentalidad basada en la indiferencia hacia el sufrimiento animal. Recordemos que quien maltrata a un perro, gato o cualquier otra especie, podría hacerlo mañana con un ser humano. Para lograr erradicar la violencia en nuestro país, es necesario atacar el problema desde la raíz; si no le enseñamos a lxs niñxs a respetar la vida en todas sus formas, no esperemos acabar con una cultura marcada por la crueldad que ha manchado de sangre a nuestro pueblo.
Se parte del cambio
Si te gustaría ver a Nicaragua como un país cada día más libre de violencia, te invitamos a que apoyés a las organizaciones que luchan por los derechos de los animales. Podés donar, adoptar y ayudar a rescatar. Y recordá denunciar cualquier tipo de maltrato del que seás testigo, no callés ante el sufrimiento de un animal y convertite en la voz de los que no la tienen. La naturaleza te estará infinitamente agradecida.
Si estás interesadx en lograr un cambio, te dejo enlaces en los que podés obtener información:
- Ley 747
- Fundación ADAN
- OrgaNicA
- Fundación Rescatando Huellas
- Fundación Rescate Animal Mimados
- Hogar Shellthon Zamora
Fotos de: Germán Enrique Padilla Fundación ADAN
Escrito por Daisy Largaespada