La energía que despliegan en el escenario sin duda demuestra cuanta pasión y empeño le ponen los 3 músicos que integran The B Side, una banda que desde el 2014 llegó para quedarse.
Aunque las intenciones de formar la banda están desde hace años, cuando Eduardo Bolaños (vocalista) y Elliott Tapia (batero) coincidieron en otros proyectos, no fue hasta en julio del 2014 que consolidaron la idea junto con la inclusión de Carlos Zelaya, el bajista.
El nombre salió de entre muchísimas ideas y propuestas que al final no lograban una reacción positiva en todos a la vez. Luego los 3 coincidieron en algo que a Eduardo siempre le llamó la atención de los cassettes y vinilos: la música mas importante para él, estaba en el lado B . Todos pensaban que mucha de la música en el lado A, es solamente lo comercial, los hits, los sencillos, pero la esencia e identidad de una banda, lo muestran en el lado B», afirman.
Con matices de hard rock y mucha influencias de las bandas que los motivan a cada uno, The B Side ya tiene casi 13 canciones propias que tocan diferentes temas dentro de 2 vertientes. «Por lo general tenemos un lado romanticón dedicado a las relaciones y todo lo que esto conlleva (fracasos y logros). Y también está el lado rebelde en el que transmitimos un mensaje positivo y al mismo tiempo insistimos en que somos fuertes y juntos aun más», expresa Eduardo.
Elliott: Empecé en la música como vocalista, mi sueño frustrado. En Hamlet fui vocalista para luego pasar por la guitarra y finalmente ser el batero, esto gracias al nuevo vocalista de Hamlet que me dijo «tenés buen doble pedal, deberías de ser batero».
Entre Guns n Roses y Metallica para Elliot; Rammstein y The Winery Dogs para Carlos y Alter Bridge o Creed para Eduardo; los 3 han logrado acoplar lo que sienten y es algo que se nota en el escenario. Para ellos la mezcla de la adrenalina y la pasión se consuma ahí, mientras interactúan con el público.
«Es una oportunidad increíble que no pensamos desaprovechar y por eso nos hemos esforzado tanto viniendo desde muy abajo en la escena de la música hasta donde hemos logrado ponernos hoy. Aun falta mucho por recorrer y estamos empezando apenas», asevera Eduardo.
Para ellos estar en el escenario y brindar un buen show es el mejor sentimiento, y más aun cuando tararean sus canciones: «Ese es el verdadero momento en que descubrís que estás haciendo algo bien. Compartir el escenario con tu gente y tocar para tu gente», agrega.
Carlos: Mis padres querían que yo tocara la guitarra, así que me metí a unos cursos que daban en el colegio. También aprendí a tocar la flauta dulce, las congas, algo de piano, la batería y por último el bajo que es lo que toco actualmente y hasta el momento mi instrumento favorito de todos.
Entre recuerdos memorables hubo una ocasión que en un concierto un muchacho del público se quitó su camiseta y les pidió que se la firmaran antes que se hicieran famosos. «Esos han sido los momentos en los que pensás que si le llegas a 1 persona de esa manera existe la posibilidad de que no sea la única. Todo está en seguir luchando por el mismo objetivo y tocar cuanto más podamos para que más gente pueda llegar a conocer nuestra música», cuenta Eduardo.
Y poco a poco ven los frutos del esfuerzo, de hecho han notado que desde mayo de este año el recibimiento ha ido en rápido aumento. «La gente llega a los conciertos a veces sin nunca habernos escuchado antes. Y reacciona a lo que hacemos: empiezan a armar su mosh, dan sus brincos, responden, cantan y gritan con nosotros aunque no se sepan las letras», enfatiza.
Y eso también los motiva a gran escala, pues incluso la banda se está poniendo las pilas para salir del país. A mediados de noviembre ya tienen armada una mini gira por Nueva Orleans, Estados Unidos, donde junto con otras 2 bandas visitarán los locales más populares del área. Y pues con los toques poco a poco están reuniendo para poder lanzar su primer disco.
Eduardo: Tocar en vivo es el único y verdadero momento en que tengo la oportunidad de mostrar al público quién soy verdaderamente y por qué lo hago.
Un dato curioso de la banda es que sus letras son en inglés y eso de alguna manera ha ido rompiendo esquemas en el escenario nica. Cuando antes les pedían covers en inglés solo porque no tocaban en español, ahora poco a poco hay más bandas que se unen a la aventura de expresarse en otro idioma. No obstante, han recibido todo tipo de comentarios al respecto y ellos siempre responden que al ser la música un lenguaje universal, lo importante no es cómo se dice el mensaje, sino transmitirlo.
«Uno nunca debe perder su identidad sobre un idioma. El inglés es lo que ahora nos logró abrir puertas en Estados Unidos (Nola). Y también queremos ser una banda que ojalá y un día rompa fronteras. A ratos hay preguntas de gente super nacionalista sobre por qué no lo hacemos en español y pues de ser así deberíamos de escribir todos canciones en alguna lengua pre-colonial, porque Nicaragua habla español por haber sido colonia española», puntualiza Eduardo.