Cuando Sidney Molina vio en las redes sociales una publicación donde se invitaba a los jóvenes a participar del Curso de Bomberos Voluntarios, encontró ahí la salida a una espinita que ella tenía desde hace mucho tiempo. “Decía que en el curso de bomberos se aprenderían primeros auxilios y otras técnicas de rescate y sentí ese llamado. Para mí fue como la gran oportunidad que había estado esperando.”
Pero esta no fue una decisión fácil ya que su familia dudaba de su capacidad. “Al principio mi familia pensaba que no iba a poder, me decían que era débil y que si me daban miedo los temblores, peor que entrara en un incendio.” En un momento, ella misma se cuestionó si podría pasar el curso, sintió miedo y dudó de sus capacidades físicas, pero en el Benemérito Cuerpo de Bomberos aprendió que “esto no es de fuerza, es de mañana”.
Al referirse a sus inicios en el curso de bomberos ella recuerda: “Fue duro al inicio, mucho sacrificio, desvelos, dolor muscular y tiempo de estudio, pero ya me había enamorado”. A pesar de no ser una mujer fornida, ella se esmeró en estudiar, en practicar las maniobras y hacer los ejercicios físicos que le garantizarían una mejor condición. “Superé temores personales, como por ejemplo no creerme capaz de levantar una manguera y tirarla con todas mis fuerzas para adelante. Me quite de mi cabeza de una vez y para siempre esode “yo no puedo”.
Y con todo ese esfuerzo, su familia fue viendo a Sidney con otros ojos. “Llegaba toda sucia a la casa, mi familia vio que era en serio la cuestión, que no iba a hacer como otras cosas que empezaba y no concluía. Ahí me empezaron a dar su apoyo, mi mamá tuvo más confianza en mí y mi papá estaba alegre porque estaban viendo en mi alguien capaz de salvar vidas y propiedades”.
La experiencia de ser bombera ha sido muy importante en la vida de esta abogada de veinticuatro años, ya que la ha involucrado más en su entorno social. Pero también considera que esta labor le ha dado otros aprendizajes sobre ella misma. “Ser bombera me ha ayudado a empoderarme de mis capacidades, a despertar mis actitudes de líder en situaciones de estrés o miedo y eso ayuda mucho en los distintos ámbitos de mi vida.”
Sidney actualmente tiene ocho meses de ser bombera activa. Tiene tres cursos, entre ellos uno de manejo de quemaduras en las primeras veinticuatro horas. Ha participado en dos incendios de relevancia como fueron el incendio las Bodegas de Coirsa y el incendio del Mercado Oriental, así como varias asistencias prehospitalarias.
Ella tiene el grado de Raso, que es el grado más bajo dentro de esta institución. Para poder ascender ella tendrá que adquirir más años de experiencia, capacitación continua y especializarse. Ella aspira en este momento al grado de Cabo Segundo, el cual podrá obtener cuando cumpla dos años de servicios, haya llevado al menos dos cursos, también cuando haya cumplido con sus turnos, sus asistencias y sea destacada en incidencias operativas.
“Como verás, me gusta mucho ser bombero, no he parado de colaborar con la institución y ahora busco que más jóvenes se sumen a esta linda vocación de servicio. No tengan miedo, que no se nace sabiendo.”
Escrito por Lucy Medina