En un país donde cada día cinco niñas dan a luz producto de un abuso sexual (UNFPA, 2018), comentarios como «la interrupción del embarazo no es la solución» son dichos desde el privilegio y a la vez es otra forma de continuar justificando la violencia.
Cuando se habla de violencia y abuso sexual en niñas menores de 14 años, la impunidad comienza desde que la sociedad nicaragüense continúa culpando a las víctimas e ignora al agresor.
Es en este contexto y ante los discursos religiosos y antiderechos que nace y se impulsa la campaña regional #NiñasNoMadres, la cual lucha a favor de la vida y la salud de las niñas y adolescentes nicaragüenses y hacen un llamado urgente a apartar las diferencias ideológicas para construir sociedades más saludables y justas para la niñez.
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Más de 4000 firmas no son suficientes
En el mes de octubre a propósito del Día Internacional de la Niña, la Federación Coordinadora ONG que Trabaja con la Niñez y la Adolescencia (CODENI) y Reacción Joven realizaron una rueda de prensa para exponer los resultados de la campaña #NiñasNoMadres y exponer la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las niñas nicaragüenses.
Durante dos años lograron suscribir a más de 300 organizaciones, negocios, pequeños y medianos emprendimientos para promover la firma del Manifiesto por las Niñas, y más de 4400 ciudadanas/os nicaragüenses respaldaron con su firma esta petición.
Es momento que tomadoras/es de decisión reflexionen sobre esta grave violación a los derechos humanos de las niñas/os en su rol de garantes y protectores», declaró CODENI.
Asimismo urge restablecer las medidas de protección especial, acceso a la justicia, y los mecanismos legales que permitan la denuncia, detención y procesamiento de los agresores, así como también el acceso seguro a la interrupción de un embarazo impuesto.
Por consiguiente el cierre de este ciclo viene acompañado de mayor compromiso de parte de ambas organizaciones y aliados, ya que esta cantidad de firmas no son suficientes porque se ha demostrado que en los últimos años la violencia, el abuso sexual y las maternidades forzadas no han parado de incrementar.
Violencia en in crescendo
Según el Compendio de Estadísticas Vitales (INIDE) del 2014 al 2017 se indica que las maternidades en niñas y adolescentes es un fenómeno que ha ido en aumento.
Solo en el área urbana durante 2017 hubo 636 niñas embarazadas producto de un abuso sexual, y 1101 en el área rural, esto deja en evidencia otro factor alarmante: el caso de las maternidades forzadas es más grave en el área rural casi en un 100%.
Por otra parte el Instituto de Medicina Legal ha arrojado datos que concuerdan con el UNFPA (El Fondo de Población de las Naciones Unidas), y es que cada año casi 2000 niñas menores de 14 años resultan siendo madres.
«No podemos seguir retardando una protección especial y efectiva que permita a las niñas y adolescentes no seguir poniendo en riesgos su vidas, no solamente fueron violentadas sexualmente… sino que además la sociedad, las instituciones, el estado y la familia no hacen absolutamente nada para que estas niñas eviten efectivamente el convertirse en madres» expresadon las/os líderes de la campaña.
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El impacto de la pandemia
Tanto Reacción Joven como CODENI declararon que la pandemia ha venido a agudizar el problema relacionado con las violaciones a los derechos de la niñez y la adolescencia, ya que el no poder socializar en los espacios naturales en que la niñez está acostumbrada a desarrollarse, como la escuela y la calle, ocasionan tensión en las relaciones intrafamiliares, una tensión que muchas veces puede provocar violencia intrafamiliar.
«Aquí y en toda América Latina ocurre una paradoja absurda, y es que la casa resulta ser más peligrosa para las niñas que la calle misma, porque es precisamente en las casas y los hogares donde se presenta la mayor cantidad de victimas de violencia sexual».
«El abuso sexual no se está cometiendo por extraños, se está cometiendo por personas en quienes las niñas aprendieron a confiar», comentó la activista Shira Miguel, del Nidia White Movimiento de Mujeres, y según datos del Observatorio sobre los Derechos Humanos de la Niñez y Adolescencia Nicaragüense, el 64% de los casos de abuso sexual denunciados ocurren en sus hogares.
La cadena perpetua no mitiga la violencia
Una de las medidas de las que se ha especulado para mitigar la violencia y el abuso sexual es la implementación de la cadena perpetua, sin embargo, Reacción Joven y CODENI expresaron que incluso aquellos países que tienen la pena de muerte como castigo, no logran disminuir los índices de criminalidad.
La imposición de penas más crueles o más rígidas nada tiene que ver con la conducta criminal de quienes hacen o ejercen violencia sexual contra las mujeres o contra las niñas, de manera que es una iniciativa un tanto inutil» comentan.
Asimismo alegaron que en términos de teoría sobre criminalidad, las penas y penas de muerte no funcionan como disuasivo para la comisión de delitos de este tipo, y que realmente la mejor herramienta para combatir la violencia de género producto del machismo y del sistema patriarcal es una educación integral con perspectiva de género.
Otros movimientos feministas también hacen un llamado a que cada nicaragüense examine esas ideas y conductas machistas que han normalizado y justificado la violencia hacia las niñas, adolescentes y mujeres, y que desde esa individualidad y procesos colectivos se inicie una reconstrucción de pensamientos y actitudes a favor de la vida y los derechos de las mujeres.
Las niñas NO se tocan, NO se violan, NO se matan, informate más sobre la campaña #NiñasNoMadres y del Manifiesto a favor sus vidas y de su salud.
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