Elllll paaan! Elllll paaan! Leeecheee agriaaaa lecheeee agria. La Prensaaa La Prensaaaa! Esa es la canción que me levanta cada mañana en los últimos minutos de dormir cuando solo queres aprovechar el frío de la mañana antes de irte al calor del día.
Cuando viene la canción de la Prensa, ya no puedo dormir- es como mi alarma personal levantándome cada mañana y no se puede callar. Ya estoy bien acostumbrada a toda la gente que pasa por mi casa vendiendo frutas, verduras, sillas, queso, cadenas, hamacas, camarones, Eskimo, ropa y más. Básicamente cualquier cosa que se pueda querer, se puede comprar en el porche de la casa. Algunas cosas me hacen reír, como ¿quién está sentado en su porche y de repente decide a comprar una silla con una mesa, sin planificarlo? Pues, ahora me encanta cuando he estado bien boluda y no tengo nada en mi refrigerador para comer y no tengo que salir de la comodidad de mi silla mecedora por desayuno. Quizás tenga que comprar tapones para oídos para dormir más tarde los fines de semana.
Un día estaba con una amiga mía italiana que vive en el barrio, una amiga nicaragüense que vive en Batahola y algunos otros. Estuvimos platicando sobre como vamos a extrañar los sonidos de Batahola cuando regresemos a nuestros países de origen. Todxs estuvimos gritando los sonidos que son parte de nuestra rutina diaria “pAAAnnn”, “llevo chitoma, cebolla, tomate, la cebolllaaaa”, la lista puede continuar por una hora. Mi primera reacción fue: ideay? Noo! nunca voy a extrañar estos sonidos que me levantan. De hecho, extraño vivir en un lugar tranquilo en el cual se puede dormir más tarde de a las 7:30 de la mañana.
Nosotras continuamos quejándonos sobre los sonidos de los vendedores de la calle, cuando mi amiga Nicaragüense nos dijo, sí, eso son los sonidos que nos levantan en la mañana, pero esos sonidos significan mucho más. Estos sonidos son la representación de la pobreza y la falta de trabajos en el sector formal aquí en Nicaragua.
Me fijé en esta idea que no sólo son los sonidos de la calle, pero que estos sonidos representan algo. Pasé todo el día pensando en eso y cambió mi perspectiva de los sonidos necios de mi barrio. Estos sonidos representan la lucha de tener suficiente dinero para comprar comida, para apoyar a sus familias y para pagar las necesidades de la vida. Estos sonidos representan la desigualdad de género porque muchas mujeres no tienen otras opciones económicas, si no trabajar desde la casa vendiendo lo que sea. Estas son las bandas sonoras de la pobreza en Nicaragua.
Todxs debemos pensar en los sonidos o los momentos que se ven desde el bus, su casa o el viaje al trabajo: ¿Qué representan? ¿Cómo hemos normalizado estos sonidos como parte de nuestra banda sonora de la vida? ¿Cómo no prestamos atención a la cosas cerca de nosotros que nos pueden hacer diferente o pensar de una manera diferente? Tenemos que tomar un break del pensamiento estándar y ver la vida en otra manera. Para mí, ahora no me frustro tanto con la canción de la Prensa o los gritos del pan; ahora, es una llamada para luchar en contra de la pobreza en el mundo.
Aquí comparto la banda sonora de mi barrio:
Es un cada día de una licha continua y una esperanza que nos guía