Algunos amigos me han preguntado qué es lo que hace a alguien un buen cantante. Por años me he hecho la misma pregunta y la verdad es algo que siempre me ha costado mucho responder y sólo últimamente he tenido mayor luz al respecto.
He oído a músicos de mucha trayectoria y con una carrera impecable decir que Bob Dylan es una de las mejores voces de nuestra generación (por si no lo sabían la voz actual de Dylan es un susurro carrasposo difícil de entender), o que José José tiene (o tenía) una de las mejores voces en español de su tiempo. Pero ¿a qué se refieren estas personas para hacer estas afirmaciones?
En mi experiencia como coach de canto he tenido que trabajar con decenas de cantantes de todo los géneros. Muchos me han impresionado y me han dejado muchas lecciones que me han ayudado a mejorar yo mismo mi instrumento tanto en técnica como en interpretación; pero ¿un verdadero cantante es el que tiene mejor técnica que el otro?
Pongamos por ejemplo a Dylan y José José. Dylan es un maravilloso letrista que marcó su generación con su poesía hecha canción. José José es considerado uno de los cantantes más talentosos de la música popular latinoamericana, reconocido por su privilegiada voz. Si prestamos mucha atención, Dylan tiene muchas desafinaciones, no se entiende bien lo que dice, aunque esa sea la idea de su género, y la proyección de su voz ha ido mermando debido a los vicios a lo largo de su carrera.
A pesar de todo esto sigue atrayendo multitudes, haciendo giras y consagrándose cada día más como uno de los artistas principales de nuestros tiempos. José José por su parte tenía una técnica impecable, hacía frases con su voz enormes y proyectaba como un león su voz. No se caracterizaba como compositor sino como intérprete, pero eso no le resta mérito a la enorme cantidad de cantantes que influenció con su hermosa voz que terminó perdiendo debido a los múltiples abusos de sustancias.
Estos dos cantantes son completamente diferentes, géneros que tienen poco que ver, y públicos e idiomas distintos; pero aún así marcaron a muchas personas.
Y es ahí donde está la clave, si un cantante te dice algo con su voz, ese es un buen cantante. He escuchado personas que tienen una afinación perfecta, técnica impecable y un registro envidiable, pero luego que termina la rola, no pasó absolutamente nada más que qué bonito suena.
Un buen cantante es el que te hace sentir escalofríos. Recuerdo escuchar al Cigala hace varios años y sentir como se me erizaban los pelos, lo mismo me pasó con un sinnúmero de cantantes que en mi carrera de música no eran tan admirados por no ser virtuosos, ni hacer melismas y escalas como los grandes del R&B, ni tampoco por tener cinco octavas de registro.
Usualmente a mi me gustan los cantantes limpios y que sepan lo que están haciendo y lo hagan ver tan natural como cualquier cosa cotidiana, sin necesidad de retorcerse, ni sobre actuar exageradamente.
Un buen cantante no es el que llega a tonos agudos, ni que llega muy grave, ni el que canta con el pecho, la cabeza o imita perfectamente a Cristina Aguilera, un buen cantante es el que sin darte cuenta el mundo se detuvo mientras saca melodías con su voz y que no quieres que termine.
Alguien por el que pagarías por verlo cantar en vivo o por el que comprarías su música porque simplemente te transporta, te comunica, te hace sentir cosas. Eso es lo maravilloso de la voz, que al estar tan cerca de todas las personas nos sentimos hechizados cuando alguien lo hace muy bien.