Hace unos días te compartimos tres consejos para resguardar tu privacidad en línea. En esta ocasión queremos hacer hincapié en las redes sociales, ya que se han convertido en las protagonistas de nuestro uso del Internet.
Los conceptos de seguridad y privacidad van de la mano, sin embargo, no se trata de lo mismo. Crear hábitos respecto a la privacidad digital significa proteger nuestra información para que no sea utilizada por terceros, asegurándonos de proteger el contenido que compartimos en los sistemas de mensajería y poniendo especial cuidado a los términos de referencia que aceptamos por usar cada servicio.
Por otro lado, cuando hablamos de seguridad digital el abanico de amenazas se extiende. Si no cultivamos hábitos en seguridad digital, podríamos ser víctimas de malwares —virus—, estafas, robo de información, suplantación de identidad, persecución, secuestro, abuso sexual, entre muchos otros delitos que utilizan los medios digitales, especialmente las redes sociales, para llevarse a cabo.
Recomendaciones básicas
Pareciera que está de más decirlo: para reducir nuestra vulnerabilidad en línea, es necesario revisar constantemente la privacidad de nuestras redes sociales, la lista de personas que puede acceder a nuestros datos, así como evitar compartir información que nos vulnera fácilmente, como la ubicación en tiempo real, fotografías de familiares menores de edad o información bancaria.
Asimismo, bajo ninguna circunstancia debemos proveer nuestra contraseña a terceros. En el mejor de los casos debemos hacer uso de un gestor de contraseñas, como el que te recomendamos en este artículo.
La clave es dudar siempre
El cuestionamiento —diferente a la paranoia— es la clave para mantener una seguridad alta y debe estar presente en todos los usos del Internet, empezando por quiénes incluimos en nuestras redes sociales, ya que es con estas personas con quienes compartiremos parte de nuestra identidad digital e información.
Además de la selectividad, se debe desconfiar a toda costa de enlaces cuya procedencia desconocemos, sobre todo cuando estos se promocionan con información o contenidos sensacionalistas, como super descuentos o noticias virales.
De igual forma, se debe evitar la descarga de archivos ejecutables y aplicaciones de desconocidos. Una buena estrategia es asegurarse de que el dominio del sitio web que estás visitando utiliza el protocolo HTTPS para garantizar la confidencialidad de tus datos.
Desarrollar estos hábitos no debe ser sinónimo de paranoia, por el contrario, tener control sobre nuestra identidad digital debería hacernos sentir empoderados sobre nuestra seguridad.