Crecí en Nicaragua en una familia de “clase media” en un barrio de “clase media.” En la década de los 2000, a mi madre le dieron un muy buen trabajo como directora de un programa universitario con estudiantes de los Estados Unidos.
Gracias a este trabajo, mi familia se convirtió en lo que puede considerarse: «clase media-alta.» Cuando yo vivía en los Estados Unidos, tenía una mensualidad $ 200, que usaba para pagar gasolina, comida, entretenimiento, cerveza y libros.
Tengo seguro de salud, así que sé que estoy cubierto para cualquier emergencia. Tengo una deuda de unos $ 27,000 en préstamos, que lo más probable es que los pague poco a poco en los próximos 10 a 20 años.
Mi padre está desempleado, pero todavía ayuda enormemente en la casa. Tengo tres hermanos: Camilo asiste a la universidad en Washington D.C., Lance está en la escuela primaria, y Valerie está en la escuela secundaria.
Todos nosotros vivimos, disfrutamos, viajamos y comemos dentro del salario anual de mi mamá, que equivale a unos $35,000. Además de esto, le debemos a mi tío cerca de $ 5.000 que nos prestó (sin incluir los gastos médicos que pagó para mi abuela cuando estaba hospitalizada), y, además, hay que lidiar con las tarjetas de crédito, la luz, el agua, cable TV, las llamadas telefónicas semanales, etc., pero poco a poco estamos pagando estas deudas.
¿Fue difícil para ustedes escuchar esto? ¿Se sintió como demasiada información? ¿O algo muy personal? ¿Creen que fue incómodo para mí decirles esto?
Personalmente, no me incomodó tanto, pero es porque obviamente soy privilegiado. Mi familia nunca ha sentido hambre, mi mamá siempre ha tenido un trabajo y siempre hemos tenido un techo sobre nuestras cabezas.
Sí, soy muy afortunado. Decidí presentarme de este modo para comenzar una conversación sobre las clases sociales.
La “clase social” es una categoría política que funciona dentro de una jerarquía en base a la riqueza personal, el apoyo social y el nivel de educación.
Profundizar el tema
Todos pertenecemos a una clase social y a veces esta categoría puede decir mucho sobre nuestros valores y nuestras esperanzas.
¿Creen que es tabú hablar sobre las clases sociales en Managua? ¿Casualmente entre amistades? ¿Entre colegas de trabajo? ¿Al menos fuera de un marco académico? ¿Cómo definirías vos la clase social?
En mi caso, en la mayoría de mis círculos sociales casi no hablamos sobre las clases sociales en un sentido personal. Creo que la mayoría de nosotros estamos abiertos acerca de nuestras familias, nuestros estudios, identidad de género, nuestras inclinaciones políticas, nuestros hábitos alimentarios, y al colegio que fuimos pero no tanto con los ingresos y la educación de nuestra familia. ¿Por qué será y cómo profundizamos esta conversación?
Como soy estudiante, voy a comenzar asi. Según la revista Time, éstas son las cinco cosas que más estresan al estudiantado: la necesidad de pagar los préstamos; el costo de la educación; el préstamo de dinero para la universidad; la necesidad de encontrar un trabajo después de la escuela y la intensidad académica del curso.
¿Pueden ver los patrones? El dinero es el principal problema que está estresando a nuestra generación y, como joven, siento la necesidad de crear un ambiente en el que podemos: 1) hablar sobre la clase social con el fin de apoyar y ayudarnos entre todas las personas y 2) tomar medidas para abordar la raíz de este estrés.
¡Tiempo de preguntas retóricas! ¿Qué sucede cuando no hablamos personalmente acerca de las clases sociales? ¿Qué suposiciones perpetúan este silencio?
¿Dentro de qué clase nos identificamos? ¿Clase alta? ¿Clase baja? ¿Clase media? ¿Cómo podemos saber? ¿Será a través de la ropa que usamos? ¿Los carros que conducimos? ¿La forma en qué hablamos? ¿Cuánto dinero gastamos? ¿Lo preocupados que estamos en conseguir un trabajo después de la Universidad? ¿Con qué frecuencia comemos en restaurantes?
Cuando no hablamos explícitamente sobre las clases sociales, recurrimos a suposiciones que perpetuamos en estereotipos dañinos. En otras palabras: clasismo.
Clasismo es cuando tratamos diferente a las personas basándonos en la clase social o en su clase social percibida. Es la asignación sistemática de características de valor y capacidad en base a la clase social. Clasismo también es la opresión sistemática hacia los grupos de clase baja a favor de grupos de las clases altas fortaleciendo los grupos de la clase dominante. Para combatir el clasismo, tenemos que investigar nuestra propia vida y nuestros propios privilegios y combatir contra los estereotipos y sistemas que perjudican a las clases más pobres.
La raíz del problema. El filósofo Cornel West ha dicho varias veces y claramente cómo los noticieros y los políticos han “demonizado a los pobres” y perpetuado ideas problemáticas sobre sus realidades y valores.
Piensen claramente: ¿Que imágenes y sentimientos te vienen a la mente cuando piensas en personas que pertenecen a un bajo nivel socio-económico? Cualquier pensamiento que refuerce ideas negativos sobres los pobres es la expresión de una narrativa amplia e histórica contra los pobres.
Esto es lo que se llama la guerra entre clases. La guerra de clases también no solo se encuentra dentro de un marco económico, pero también dentro de un marco de género, de etnicidad, de habilidad y de cultura.
Viendo hacia el futuro, ¿creen que su situación socioeconómica define quiénes son? No sé, pero me encantaría escuchar lo que cada uno tiene que decir al respecto. Creo que es hora de compartir nuestras narrativas, con respeto y sin juicio.
Rory Gilbert, director de Iniciativas para la Diversidad del Distrito Comunitario de Maricopa County College, presenta tres puntos que se pueden utilizar para promover una conversación productiva sobre cómo aumentar la conciencia sobre los privilegios de clase entre los estudiantes:
En primer lugar, el estudiantado necesita sentirse validado y respetado. La culpa y la vergüenza son herramientas que impiden la justicia social y simplemente aumentan la resistencia.
En segundo lugar, lxs estudiantes aprenden a través de sus propios procesos de descubrimiento. Necesitan experimentar y sentir valores anti-clasistas, y necesitan identificar de manera introspectiva qué cambios son necesarios para que logren incluirse en el cambio social.
Y en tercer lugar, las personas necesitan sentirse conectadas con el tema en cuestión. El aprendizaje experimental y sincrético es muy importante para explorar estos temas.
Una comunidad saludable es una que abraza, entiende y articula las cuestiones de las clases sociales.
Iniciar y continuar la conversación sobre las clases sociales tiene el potencial de unir y consolidar una conciencia de clase muy necesaria. Para enfrentar el clasismo debemos aceptar nuestra situación económica y hablar abiertamente de ello.
Igualmente, mediante la creación de espacios en los cuales se pueda hablar, participar y explorar cuestiones de clase sociales, podremos superar y combatir estereotipos y falsas creencias que perpetúan el clasismo.
Así que ahí está. No hay que ignorar nuestras diferencias de clase. ¡Abracemos nuestras identidades y construyamos solidaridad con las personas que nos rodean!
Sólo a través de la navegación proactiva de los problemas de clase sociales, podrá florecer nuestra comunidad. Por lo tanto, esto generará la creación de una infraestructura social muy necesaria que promueva el respeto y el apoyo a lxs que más lo necesitan.